Ángel y yo nos dirigimos a nuestro último evento hasta finales de verano. Como en la capital hace mucho calor, decidimos irnos hasta la playa, bajo la batuta de la misma organización del evento de febrero al cual acudimos, y que esta vez llevaba por nombre Summer Freak. ¿Queréis saber qué tal nos fue? Ahora mismo os lo cuento.
Decidimos llegar a destino el viernes por la noche para ya aprovechar el sábado al completo. Pensamos en quedarnos en la acampada que se organizaba dentro del evento, pero ya que ésta estaba sólo disponible el sábado, acabamos quedándonos en una casa durante toda nuestra estancia. El sábado nos dirigimos a primera hora hacia el polideportivo donde se celebraba la segunda edición de la Summer Freak, curiosos por ver cómo estaría organizado un evento en verano, teniendo en cuenta la localización y que por las fechas sería más complicado llenarlo. Mi primera impresión fue que sería un evento muy pequeño, ya que sólo vi el primer pabellón, pero nada más lejos de la realidad. Allí sólo estaban las tiendas, quedaba mucho por ver.
El tipo de artículos a la venta, como puntualización curiosa, se orientaba más a las figuras que al clásico merchandising, también presente pero en menor cantidad, y por ejemplo, apenas había chapas y camisetas, objetos que suelen abundar en otros eventos. Una vez descubrimos el acceso al resto de zonas, nos pusimos a investigar. En otro de los pabellones estaba el escenario principal, con un tamaño muy generoso aunque con la pega de tener una puerta enorme abierta al lado, que si bien daba algo de luz a los participantes de los diversos concursos, a los fotógrafos nos suponía un hándicap considerable.
En esa misma zona también había un montón de consolas para poder pasar las horas jugando al Mario Kart, Just Dance con Kinect, Super Smash Bros. o juegos más clásicos como el Street Fighter de la Megadrive. Allí todos los públicos tenían cabida.Pero aún quedaba más por ver. Otro de los pabellones tenía una exposición de muñecas de edición limitada y un pequeño escaparate con cosplays de gente con cierto renombre, y en esta mismo edificio se podía acceder a las diferentes salas de talleres, que durante los dos días de evento no pararon de celebrar actividades como hacer un onigiri (bola de arroz japonesa) de fieltro, una snitch dorada casera, o un taller de patronaje para chicos, entre muchas otras cosas.
La pena es que se nos solaparon los talleres con diferentes actividades en el escenario principal y no pudimos asistir y disfrutar de ellos, pero desde luego asistentes no faltaron. Para complementar todo, y para que se notara que el evento se celebraba en la playa, en la zona central, que era un campo de fútbol 11, se situaron varios toboganes inflables de agua, para deleite de los asistentes, aunque a los que íbamos a fotografiar cosplayers nos complicaba la tarea porque la tentación de quitarse el traje y quedarse en bikini o bañador a remojo era demasiado grande, por lo que tuvimos que ser rápidos localizando a la gente y pidiendo las fotos.
Entrando ya en materia, he de decir que ha sido un evento relajante, tranquilo. Buena afluencia de gente pero sin agobios, más asistentes que el año pasado por lo que nos han comentado desde la organización y un más que buen inicio a mis vacaciones laborales. ¿Hubo concurso de cosplay? Sí, y a falta de uno hubo dos, el primero se celebró el sábado, donde se presentaron los grupos, y el domingo el individual donde se elegía al mejor cosplayer en categoría individual. Hubo premios y menciones de honor, ganando una pareja con trajes de League of Legends que realizó una entretenida actuación musical, y en el caso del premio en solitario, se lo llevó Larxenne Cosplay con un traje del videojuego Magnacarta, y una actuación que incluyó attrezzo y hasta confeti, además de no parar de moverse como si estuviera en medio de un combate.
Si una pega podemos ponerle al pabellón del escenario, es que a pesar del viento que corría fuera, al ser un polideportivo se concentraba mucho calor por la madera del suelo y acababa resultando agobiante para los que estábamos de público, ya no quiero ni imaginarme lo que pasarían los concursantes con trajes que, en algunos casos, incluían hasta casco. En ese mismo escenario se celebraron otras cuantas actividades, pasando por los ya clásicos concursos de Dance y Karaoke, hasta clases para aprender pasos de baile de idols japonesas o exhibiciones de baile basados en el anime de Love Live.
Y no era el único lugar donde entretenerse si uno no quería asistir a los talleres. Junto a los toboganes de agua en el exterior, había un segundo escenario con música, y donde en varios momentos se realizaron algunas pruebas que hacían participar al público, como inventarse un cosplay en tres minutos usando los objetos que tuvieran a mano. Allí puso música la DJ Glory Roller ambos días, para amenizar las tardes hasta el cierre de puertas, que al no ser muy tarde, permitía terminar de disfrutar la tarde en la playa que quedaba a diez minutos andando.
Al final, el fin de semana se nos pasó volando y tampoco tengo mucho más que contar, pero desde aquí quiero dar las gracias a la organización por acreditarnos una vez más en sus eventos, y darles la enhorabuena por conseguir montar un evento en unas fechas tan complicadas y aun así lograr una más que buena asistencia, y no sólo de Murcia, sino de varios puntos de España: Madrid, Barcelona, mucha gente de Andalucía, etc. El año que viene intentaremos repetir, y esperamos y estamos seguros de que el Summer Freak seguirá creciendo más y más.
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