6 jun 2016

Análisis DOOM

Una mezcla perfecta de elementos clásicos y modernos

Finalmente el tan esperado Reboot de Doom ha llegado cargado de demonios, sangre y muchos tiros



Bethesda ha demostrado que sabe revitalizar viejas franquicias como Wolfenstein, por lo que las expectativas con Doom estaban por las nubes, y hay que decir, que no se han quedado atrás, ya que sin duda alguna destaca del resto de FPS por ser como los juegos de los 90. En los shooters más recientes estamos acostumbrados a la regeneración de vida o a poder llevar solo dos armas, sin embargo, en Doom podremos llevar todo nuestro arsenal encima y ya podemos olvidarnos de regenerar vida a no ser que recojamos los míticos “botiquines” y lo mismo pasa con la armadura.

Tampoco tenemos botón de correr, ni de recargar nuestra arma, pues siempre iremos corriendo y cuando se termine la munición automáticamente pasaremos a la siguiente arma. Otra de las diferencias es la dificultad, pues pese a tener varios niveles, la dificultad “media” o como se llama en el juego “Hacedme Daño” es como la de los antiguos shooters y considerablemente más difícil que la de los actuales. Pero la mayor diferencia con los shooters actuales es que no tenemos que hacer estrategias. Actualmente quien más y quien menos, en todos los juegos tenemos que tomarnos nuestro tiempo en algún momento para ver como afrontamos la situación, sin embargo, en Doom todo es acción, matar y avanzar sin dejar de movernos.

Si nos detenemos a ver cómo actúan los demonios estamos muertos, porque además casi la única forma de ganar vida es al recoger lo que nos sueltan estos al morir cuando realizamos ejecuciones, que por cierto varían dependiendo desde que posición la hagamos e incluso del arma que llevemos. La historia de Doom, en sus 13 niveles, como en el original y en tantos otros de la época, es totalmente irrelevante. ¿Acaso alguien recuerda la historia del Doom original? Muy pocos, y si bien en esta nueva entrega tenemos historia, perdería la diversión si nos tuviéramos que entretener a ver cinemáticas y ese tipo de cosas.

Es más, en determinados momentos se burlan de estas situaciones cortando a mitad de una de estas para volver a meternos en la acción Tenemos un gran arsenal a nuestra disposición, desde la pistola a la BFG-9000 pasando por la mítica escopeta heredada de DOOM 2 o la motosierra. También tenemos granadas y otros extras como el holograma y para terminar los potenciadores que son Berserker para ejecutar a los demonios sin tener que debilitarlos, Rapidez, que obviamente nos hace más rápidos, invulnerabilidad (bastante obvio ¿no?) y daño cuádruple.

A medida que avancemos en el juego también podremos mejorar nuestra armadura, desde los típicos aumentos de salud, resistencia o munición hasta los específicos como escáner más amplio, mayor velocidad de cambio de arma entre muchos otros. Otra modificación de nuestra armadura son las runas que obtendremos al realizar distintas pruebas contrarreloj que aumentan las modificaciones de esta todavía más si cabe. Además, para que no nos aburramos tenemos desafíos de combate que interesa consultar al principio de cada nivel y que le dan todavía más “juego al juego”, como realizar 5 ejecuciones distintas, descubrir un número determinado de secretos o matar a 2 enemigos de un solo tiro a la cabeza, entre un largo etcétera.

Y por último hablar de los secretos que también son muy variados, como encontrar muñecos, salas repletas de munición, etc., pero lo que sin duda hará las delicias de los que vamos pintando canas son los niveles secretos retro, que como su nombre indica, tras una pared secreta accederemos a niveles enteros del juego original, aunque tanto los demonios como nosotros no cambiaremos de diseño gráfico (una lástima pues hubiese estado genial).

En cuanto al Multijugador es divertido y está bien hecho, pero no acaba de alcanzar el nivel de la campaña, ya que los elementos clásicos y modernos que mezcla esta no terminan de funcionar en PvP. Hubiera estado muy bien un modo clásico sin tipos de personajes y tener que ir recogiendo las armas por el escenario, que probablemente es lo que muchos esperaban. Otro añadido que desbalancea bastante las partidas es la posibilidad de convertirte en demonio arrasando al equipo contrario, por lo que te tiras más tiempo intentando evitar que el equipo contrario lo consiga que disfrutando de la partida. Por el contrario, los otros objetos, como los módulos de pirateo no son tan relevantes como quizá deberían.

En general no es un mal multijugador, pero teniendo en cuenta como está el mercado no creo que acabe siendo de los más jugados, lo cual es una lástima porque con pocos cambios podría haber sido el nuevo Unreal Tournament o Quake 3. Otra de las modalidades que tiene es el Snapmap, que es un editor de mapas cuya mejor cualidad es lo fácil de usar que resulta. Se antoja como un editor muy versátil permitiéndonos hacer mapas tanto para un jugador como multijugador, pero no solo eso, si no que podremos crear mapas enteramente de plataformas por ejemplo e incluso podemos crear nuestra propia música.

Gráficamente es bastante espectacular, aunque con bajas texturas tanto en los escenarios como en los enemigos (sobre todo en sus pedazos XD) en la versión de consolas. Cabe destacar que el juego va a 60 fps y que sin ellos no podríamos tener la velocidad a la que se desarrolla la acción ni la fluidez de movimientos que un DOOM requiere. La banda sonora es muy cañera y acorde al juego, recordándonos a los DOOM originales, y con unos efectos sonoros bastante aceptables.

El juego viene totalmente traducido al español, tanto los textos que nos podemos encontrar como las voces.

Conclusión:

En definitiva, nos encontramos ante un planteamiento simple, pero a la vez refrescante y divertido, matar, matar y seguir matando. La campaña es genial y sin duda traída directamente de los años 90, sin embargo, el multijugador, aunque entretenido no alcanza el nivel de la campaña.


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